Ubicado en lo alto y profundo de las montañas de la Sierra Madre, se encuentra un pequeño pueblo minero llamado San Sebastián del Oeste. Un remoto pueblo de montaña atrapado en el tiempo y uno de los cascos antiguos mejor conservados de todo el país. San Sebastián fue una vez uno de los pueblos mineros más importantes de México y de toda la Nueva España en el siglo XVII. Los orígenes de este impresionante e histórico pueblo mexicano se remontan a 1605, donde fue asentado por mineros españoles que comerciaban con el oro y la plata de la región.

En un momento, San Sebastián del Oeste tenía más de 200 habitantes, pero ahora solo viven allí 600 personas. Estos pobladores son los que mantienen vivas las tradiciones y la cultura del pueblo, un verdadero legado colonial con hermosas calles y casas con una hermosa arquitectura original. Un museo vivo y un verdadero viaje al pasado de la historia y cultura mexicana.

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